Aseo y alimentación del recién llegado



El primer baño

Antes de traer a nuestro hogar al nuevo miembro es más que imprescindible que ya dispongáis del champú y toallas para su aseo. Algunos dueños optan por hacerlo en los "lavaderos para perros" que hay en algunas gasolineras.
Personalmente no me agradan y, desde luego, los descarto para su primer baño, recién salidos del albergue, sin la suficiente confianza en nosotros como para que lo vea como una rutina, algo agradable - o no, según cada perrete - que toca cada cierto tiempo.

Si habéis tenido ya mascota, o la tenéis, este paso os resultará más fácil. Fatigoso, sí, pero poco más. Para los que os iniciáis por primera vez en esta andadura, os aconsejo mucha tranquilidad, nada, nada de miedo y .....no hacerlo inmediatamente. 

Cuando Luna llegó a casa, su olor era lamentable. Esperé el momento más adecuado, esto es, liberada de mis quehaceres cotidianos, y dispuse todos los preparativos y productos en el baño. Me dirigí, recitando mi mantra personal "puedo, puedo...", con paso firme hacia aquella cosita que me miraba con recelo. Me mantuve un buen rato a su lado, la acaricié y achuché. Y, en cada achuchón me acercaba más y más a ella. Ni un gruñido, ni un mal gesto. Así pues le coloqué el collar y atada la dirigí hacia el baño. La cogí en brazos...y adentro, ¡a bañar!.  

Consejo: No olvidéis cerrar la puerta y poneros una ropa nada vistosa porque, de seguro, saldréis bastante mojados.

Si percibís que el perro se muestra demasiado tenso y os ha lanzado algún "aviso"....¡Olvidaros!. Esperar otro momento. Y, ¡por Dios! descartad de vuestras mentes temerosas y agoreras la idea de que habéis hecho una mala elección. Recordad que sois aún extraños para él. Que es un lugar nuevo. Que ha pasado por malas experiencias o, simplemente, que es la primera vez en su vida que ve un ascensor, desconoce para qué sirven los escalones, y no sabe lo que es un espejo.

Sí, sí, sí. ¿A qué no lo habíais pensado?. 

Mi olvidada Luna pegó un respingo de cuidado cuando descubrió aquel perrito en el espejo. Con el rabo totalmente metido, se fue poco a poco acercando a aquella figura de cuatro patas que tanto se parecía a ella. Olisqueando. Su nariz dio contra el frío cristal y se quedó fija, mirándose. Se giró, volvió de nuevo a tocar con su morrito el espejo y cuando subió la mirada hacia aquel humano que tanto se parecía a mi... creo que lo comprendió.

¡Paciencia!. Soportad unos días su olor, volcaros con muchas dosis de comprensión en la tarea de lograr su confianza y, entonces sí, proceded a su aseo.  Aún no sabe que sois los amitos más maravillosos que jamás se pudo imaginar.

Es importante secarle bien y aconsejable utilizar el secador si tiene abundante pelaje. Esto último, prudentemente, a una temperatura baja y poca velocidad,  siempre que no se sienta muy asustado. De ser así, tratad que se coloque al sol (dentro de la casa) o cerca de un radiador (si es invierno). 

Es muy probable que tiemblen por el miedo y que traten de salir de la bañera a nada que dejes de sujetarle. Tened especial cuidado con la cabeza (que sea lo último que le laváis pues no les agrada nada -salvo razas que adoren el agua - sentir que el chorro sobre sus cabezas y, sobre todo, cuidado con las orejas cuando aclaréis la zona del cuello., evitad que le entre agua en ellas. Normalmente, suelo lavar la cabeza con mis manos, sin utilizar la ducha. Les sobeteo bien con agua el morrete mientras le digo cosas bonitas, así piensa que le estoy haciendo una carantoña - húmeda, eso sí-.

Algunos perritos pueden tener una capa de grasa en su piel, sobre todo si llevan mucho tiempo en el albergue y la adopción se hace en época invernal. No tiene más importancia. Se le irá quitando con los sucesivos baños, una buena alimentación y el calor del hogar.




La alimentación

No os sintáis invadidos por el pánico si no comen en días.  Sí, he dicho bien, en días. He conocido algún caso así. Ni salchichas, ni chuches, nada de nada. Tal era el miedo de la perrita. Ahora da gusto verla, tan sociable y segura.

Comprobad que al menos bebe y descartad un problema de salud llevándole al veterinario. Visita, por otro parte, imprescindible en los días siguientes a la adopción.
Guiaros por el boca a boca (vecinos con mascota, dueños del parque al que acudís,...), para saber la clínica con mejor fama de vuestro barrio. 

En ocasiones, el veterinario prescribe algún complejo vitaminado o, directamente, aconseja una determinada marca de pienso. Aviso, el precio del pienso en clínicas es significativamente más elevado que si lo compráis vía Internet. Si no podéis permitiros pagar un pienso premium, intentad al menos uno lo más natural posible. Tened en cuenta su tamaño y edad. Y, como dije antes, escuchad las opiniones del resto de dueños que iréis conociendo.

También podéis añadir arroz (sin sal, por favor) con pollo (no huesos), o salchichas frescas al pienso. Para ellos es un manjar y si vuestra mascota ha llegado algo delgada, o con problemas digestivos (diarreas o vómitos) le vendrá muy bien. A veces, estos problemas son debidos al estrés por la nueva situación.

¡No os alarméis!. Expongo situaciones que pueden darse pero no siempre es así. Son comentarios para prevenir, especialmente, a los que es su primera adopción.

Hay numerosas webs que venden productos para nuestras mascotas, con precios más interesantes que los de cualquier tienda y clínica veterinaria. Si queréis dar otro paso más, como yo, debéis saber que algunas marcas muy conocidas, reconocen que testan sus productos en otros animales (a veces con una crueldad inimaginable): Hills, Eukanuba, Proplan, etc.. Una búsqueda en Internet con este tema os sacará de dudas.

Evitad las chuches, que si son perros de cierta edad, solo les engordará. Si queréis gratificarle por su buena conducta u obediencia, utilizad algo muy a mano y muy, muy económico:   un gran abrazo y un fuerte beso.

Este blog es para conectar a excelentes dueños con excepcionales perritos "olvidados".
¡ Bienvenid@ !


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