Mascota sí. Mascota no

El 80% de las familias españolas propietarias de un perro o un gato consideran que su animal de compañía es una fuente de bienestar.

El II Análisis Científico sobre el Vínculo entre Personas y Animales, publicado por la Fundación Affinity, concluía que la española es una sociedad petfriendly, donde el 43% convive con una mascota, el 76% declara que le gustan los animales de compañía, el 74% afirma que convivir con uno le haría o hace más feliz y el 71% confiesa comunicarse con frecuencia con su mascota y “entiende” lo que ésta le comunica.

¿Aún no formas parte de ese 43% de españoles que convive con una mascota pero estás pensando en hacerlo?. Te animo a que conozcas la otra parte de este idílico escenario.
Abandonos

En el año 2014, otro estudio de esta misma Fundación señalaba que en “España se abandonan más de 140.000 animales de compañía, la gran mayoría perros. Lo que nos convierte en el país de la Unión Europea con mayor índice de abandono de mascotas (más de 400 al día, una cada 3 minutos)”. 

El hecho es que estamos tristemente a la cabeza:
  • El 19% de los casos se producen por camadas no deseadas y la llegada del verano con la complicación de planificar las vacaciones teniendo en cuenta a la mascota.
  • Un 15% por la crisis, ya que a la hora de hacerse con una mascota no se tiene en cuenta el desembolso que supondrá mantenerla en condiciones.
  • El 10% por pérdida del interés hacia el animal.
  • Un 9%, el fin de la temporada de caza.
  • Un 8% por problemas de comportamiento que, la mayoría de las veces, el animal supera con educadores, o con otra familia. 
SÍ, a los españoles nos gusta tener mascotas y muchos deciden tener una; sin embargo, una vez en casa, descubren que la vivienda no es la adecuada o el ritmo de vida no permite cuidarlas.

Leyes de Protección Animal

En España son insuficientes e inefectivas. El actual Código Penal regula como falta el abandono de un animal (art. 631.2):

“Quienes abandonen a un animal doméstico en condiciones en que pueda peligrar su vida o su integridad serán castigados con la pena de multa de quince días a dos meses".

La supuesta nueva Ley de Tenencia y Comercio de Animales prometida por unos y otros partidos políticos se ha quedado guardada en el cajón. Entre otras medidas contemplaba la prohibición de exhibir y vender animales en tiendas, una propuesta impulsada y defendida por el Partido Animalista PACMA y otras asociaciones animalistas y protectoras desde hace años. 

Esta simple medida ayudaría a reducir los casos de abandono - un cachorro no es un peluche que se pueda dejar en el armario - y terminar con otro problema añadido:


la granja de cachorros o también llamados puppy mills.

A la espera de que se ponga en marcha las iniciativas de PACMA como el control de la cría y comercialización de animales, la adopción y la esterilización de animales abandonados, campañas de concienciación sobre el bienestar animal en el currículum escolar y otras, es necesario que cada uno de nosotros ponga su granito de arena y no contribuya a perpetuar este escenario desolador. Por eso:

  • si piensas que puedes ser un protector para tus hijos y hacer que se responsabilicen,
  • si no dispones de tiempo para atender sus necesidades,
  • si tu situación económica es ajustada,
  • si será un inconveniente para tus vacaciones o viajes,
  • si quieres ganar un poco de dinero criando con tu perro,
  • si buscas un perro de guarda,
  • si eres un maniático de la limpieza y odias los pelos,
  • si piensas en que viva en el “exterior” y no convivir con él,
  • si te enternecen esas bolitas peluditas pero no estás teniendo en cuenta su tamaño cuando crezcan,
  • si no estás preparado para ocuparte de los problemas que pueda ocasionar,
  • si solo buscas compañía porque te encuentras solo.

Las cifras de abandono siguen aumentando porque seguimos pensando que no es un problema nuestro. No caigas también en este error:

“Quiero conocerlos. Yo quiero que me presenten a esos 300.000 conciudadanos capaces de cometer una atrocidad de este calibre. Capaces de convivir durante un tiempo con una criatura absolutamente indefensa, que te ama con adoración y que depende en todo de ti, para luego, de pronto, sin ningún remordimiento, normalmente con sigilo y alevosía, de noche, en algún lugar remoto, abandonar a su suerte (al dolor, a la mutilación, a la muerte) a ese tembloroso y anhelante puñado de pelos. Primero les rompen el corazón, antes de que un coche o la pedrada de un gamberro les rompa el espinazo.
En España se abandonan 300.000 animales domésticos al año, fundamentalmente perros. Uno cada tres minutos. Estamos a la cabeza de Europa en este ranking miserable. Sí, seguro que ya te has cruzado con alguna de esas pobres criaturas condenadas. Ahora bien: lo más inquietante es pensar que posiblemente también nos hemos cruzado, sin saberlo, con el energúmeno sin entrañas que les ha abandonado. Quién sabe, quizá fuera ese tipo que estaba detrás de nosotros en la cola del súper. O esa señora tan fina con la que compartimos espera en el dentista.
La insensibilidad española en este tema es una vergüenza dentro del contexto europeo. Este país está tan atrasado en cuanto a la educación animalista que todavía se escucha el roñoso topicazo de “¡con la que está cayendo, cómo vamos a preocuparnos de los animales!”. Una frase absurda que, además de despertarme la sospecha, quizá injusta, de que quien la profiere probablemente tampoco mueva un dedo por los humanos, me recuerda las muchas veces que, a lo largo de la historia, la causa feminista ha sido supeditada a otros logros supuestamente superiores. ¿Pedir el voto para las mujeres? ¡Nooo, primero hay que hacer la revolución!..”.
(“300.000 energúmenos” Rosa Montero. El Pais. Agosto 2014).

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