Mi perro se ha quedado ciego.



Linda siempre ha sido una perrita delicada de salud. La recogí en una carretera de montaña hace cinco años y desde entonces las visitas al veterinario han sido más que frecuentes. Desde el principio, sus ojos le lloraban pero no le di mayor importancia pues hay ciertas razas propensas a este lagrimeo.

Sin embargo hace tres años, al inicio de la primavera, se le enrojecieron, especialmente su ojo derecho. El veterinario pensó que se trataba de una conjuntivitis y le recetó un colirio, al que siguieron otros tantos más pues no mejoraba. Iba a finalizar el verano y al ver que se cronificaba acudí a un especialista, un oftalmólogo de renombre. 

Tas varias pruebas: ecografía, dilatación de pupila, medición de la tensión ocular, etc., le diagnosticó una uveitis. Se inició un tratamiento a base de inmunosupresores (azatioprina) y colirio con corticoides y se repitió la analítica en busca de la causa (bacteriana, vírica, parasitaria, metabólica,....). Los resultados de la analítica dieron unos marcadores débiles de leishmaniosis y valores hepáticos alterados. Se le realizó una ecografía que confirmó un problema hepático crónico.

Durante el año siguiente mantuvo revisiones mensuales con el oftalmólogo y repeticiones de analíticas en su vete. Esta disciplina y control permitió mantener estabilizada la uveitis y conseguir bajar la dosis de azatioprina.  Sin embargo, al inicio del verano siguiente el otro ojo comenzó a dar los mismos síntomas aunque su evolución fue mucho más rápida. En pocos días Linda dejó de ver: se desorientaba en sus paseos por el parque, se chocaba y andaba despacito olisqueando el suelo.

El oftalmólogo confirmó lo que temía, otra uveites con inicio de glaucoma. Se comenzó un tratamiento de choque con la amenaza de que, si no mejoraba en las dos semanas siguientes, la ceguera era definitiva. Mejoró, se le fue retirando la cortisona, pero el ojo no quedó limpio, se le había formado una catarata.

A pesar de todo Linda se defendía bien, mantenía algo de visión con su ojo derecho, hasta que seis meses después y en cuestión de horas tuvo un glaucoma. A su colirio de base (Predforte) se le añadió otro específico que le ayudaría a bajar la tensión ocular y si en una semana no mejoraba había que pensar en la extirpación (enucleación). Y no mejoró. 

Se fijó fecha para la operación y se le realizó las pruebas pre-operatorias. Fueron días muy angustiosos. 

Llegó el día. ¡Milagro!. Su ojo aparecía sin rojeces y el veterinario confirmó que la tensión le había bajado tanto que ya no tenía glaucoma. No era una felicidad completa porque el nervio óptico estaba dañado y no veía nada. Pero se había librado...

Muchas personas de mi entorno me aconsejaron que la durmiera aún conociendo el cariño y afecto que profeso a mis mascotas. Mi preocupación no era qué iba a ocurrir a partir de ese momento sino si ella sufría. "La ceguera, no produce dolor y, además, los perros no son como las personas. Para ellos el sentido de la visión es el menos importante. El principal es el olfato" - me dijo el oftalmólogo-. "Descarta su sacrificio. Aunque Linda es toda una abuelita sabrá adaptarse".

Y así ha sido.

¿Qué inconvenientes tiene un perro ciego?.

Si tu mascota está en el proceso previo, este es mi consejo: 
Se disciplinado con su medicación y sus revisiones. Vigila su tensión ocular (rojeces oculares) y si le notas un cambio de su comportamiento (aparece más apagado, no sale a recibirte cuando llegas a casa, apenas quiere moverse de su camita o no quiere comer) no lo dudes, ve, con urgencia, a tu veterinario. Puede tratarse del inicio de un glaucoma  u otra causa que le está provocando dolor.

Si estas en la fase de intervención:
No te angusties. Consulta con tu veterinario las dos opciones que pueden darse: enucleación (extracción total y cosido del párpado) o vaciado e implantación de uno de cristal.

Si se ha quedado ciego:

En casa:
  • NO cambies su lugar de comida/bebida y su camita.
  • NO cambies los muebles de tu casa durante un tiempo.
  • No le cojas en brazos si quieres que se acerque a un lugar concreto: Llámale para que se oriente por tu voz,.
  • Estad pendiente (si es tamaño pequeño) cuando andeis por casa, cuando os levantéis de una silla (puede estar detrás o a los pies), etc. No le pongas cascabel, al moverse su ruido le molestará para percibir con nitidez el resto de sonidos. 
  • Comprueba cuando salgas de una estancia que está despierto, háblale para que sepa que te alejas y sepa hacia dónde vas.
  • Si cierras determinadas estancias cuando te vas de casa, comprueba dónde se encuentra y avísale para que sepa que te vas. Vigila que no haya obstáculos en su camino hacia su comedero (agua).
  • Si le bañas en casa: mantén la misma rutina de siempre pero no le dejes suelto, al no ver, si trata de salir de la bañera puede darse un mal golpe.
En la calle:
  • Sustituye el collar por un arnés. Es más cómodo y seguro.
  • Hay que estar pendientes de las puertas al cerrarse (es preferible que las sujetemos con nuestro cuerpo y pase el perro primero), los bordillos de las aceras, las escaleras, coches aparcados, árboles, etc......
  • Haz el camino habitual hasta que lo memorice. Sirvete de la correa como instrumento para guiarle. Si tiras de ella al tiempo que le dices "¡cuidado!", aprenderá a saber que tiene que parar y olisquear porque hay algo en su camino que le puede hacer daño (un escalón, un bordillo, etc.). 
  • Al principio los paseos serán muy lentos porque irá muy despacio, olisqueando. Déjale. Esto le ayudara a memorizar. Pasado el tiempo ira tan rápido y estirado que nadie sospechará que es ciego.
  • Facilita estos paseos con palabras de ánimo "¡Muy bien, (nombre de tu perro), muy bien!! y caricias cuando supere un obstáculo (bajar/subir escaleras/bordillos). Aunque te sorprenda este estímulo les reconforta.
  • Utiliza también la correa al tiempo que le indicas "Por aquí" cuando quieras que cambie de trayectoria. 
  • También le ayudarás si te paras, al tiempo que tiras de la correa hacia arriba, para indicarle que hay un obstáculo que esquivar (¡¡cuidado!!). Él se parará y lo olisqueará. Puedes, incluso, al principio, dar unos golpecitos con la mano para señalar el obstáculo. Así, con el sonido de los golpes, sabrá dónde o a qué altura está el escalón, bordillo, árbol, farola, etc. No te olvides de animarle con caricias y palabras de ánimo cuando lo supere.
  • Al caminar por las aceras ten cuidado de la gente. No saben que tu perro es ciego y al cruzaros pueden darle sin querer, asustarse y ocasionar algún disgusto (algunos dueños le ponen un pañuelo con el mensaje "soy ciego").
En el parque:
  • Si le dejabas suelto sigue haciéndolo siempre que permanezcas a su lado. Tu olor le aportará seguridad y le permitirá relajarse y disfrutar como lo hacía antes. Al principio tendrás que guiarle, chasqueando los dedos (por ejemplo) al tiempo que verbalizas "por aquí". Mantén siempre comunicación oral. Que te oiga. Deja que vaya por donde quiera pero sin alejarte de el así puedes avisarle (¡¡cuidado!!) de los obstáculos.
  • Procura que tus pasos sean ruidosos (pisadas fuertes, en ocasiones, arrastra los pies) aprenderá a relacionar el sonido de los pasos con la presencia de humanos y sabrá hacia dónde ir.
  • Si paseas con más personas llévale atado. Nuestras conversaciones humanas nos distraen y puedes perderle.
  • Especial atención a ciclistas, corredores, etc..Ellos no saben que él es ciego y tú perro no les ve. Evita contratiempos
  • Cuando le notes más seguro aprovecha este espacio (mejor en un lugar sin mucha gente) para enseñarle a localizarte:  aprovecha un momento en que esté tranquilo, olisqueando y alejate un poco. Espera su reacción. Normalmente olisqueará al aire tratando de seguir tu rastro. Déjale que lo intente. No te impacientes y solo si le ves angustiado y desorientado, llámale. No te olvides acariciarle y premiarle cuando te encuentre.
Escapadas y viajes
  • Recuerda que no podrás ir a buen ritmo los primeros días hasta que memorice los nuevos espacios. No le llevará más de un par de días que aprenda los recorridos rutinarios. Recuerda cuando hagáis visitas que estas se harán muy despacio. Cuenta con esto cuando las programes.
  • Para nada, para nada, LO SUELTES. Ni siquiera en parques. Si se asusta y sale corriendo le expones a un mal final.
Residencias - Guarderias
  • Personalmente me inclino por guarderías de particulares. Si es en casa de familiares, mucho mejor. De no ser así personas recomendadas (por otros dueños) y con sobrada experiencia. Y muchísimo mejor si nuestras mascotas ciegas son las únicas al cuidado.
Sobre todo, nada de sobreprotección. Los premios y frases de ánimo y felicitación por sus avances es la mejor ayuda que le puedes dar. Aunque esta situación te pueda parecer difícil y costosa vale la pena el esfuerzo inicial. No hay mayor recompensa, para ambos, que superar esta prueba.

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